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Catalina Saffon, Coach de Fin de Ciclos - The Ambassadors Sections

CATALINA  SAFFON

COACH DE FIN DE CICLOS

    .La Vida Empieza y Termina en Cada Instante.

«La vida es una serie de cambios naturales y espontáneos.

No te resistas a ellos; eso sólo crea tristeza.

Deja que la realidad sea la realidad.

Deja que las cosas fluyan naturalmente hacia adelante

de la manera que quieran»

 – Lao Tse

El «Coach de Fin de Ciclos» se enfoca en apoyar, orientar y guiar a las personas que se encuentran navegando transiciones importantes de la vida, o la finalización de fases importantes.

Estas transiciones, o ciclos, pueden ir desde completar un proyecto a largo plazo, alcanzar un hito profesional, experimentar un evento importante como la jubilación, la mudanza a otro país, o transitar cambios desafiantes como el final de una relación, separación o divorcio, retos profesionales como despido o quiebra, o un accidente, enfermedad, o la muerte de un ser querido.

Hoy, en The Ambassadors Sections, entrevistamos a Catalina Saffon, Coach especializada en Fin de Ciclos.

Colombiana y francesa, Catalina habla español, francés e inglés, ha vivido en Colombia, Francia, Suiza y está actualmente afincada en Mallorca. 

Profundamente aplicada, dedicada y comprometida con su trabajo, con sus sueños y con sus objetivos, Catalina extiende esas virtudes naturales cuando acompaña a sus clientes a atravesar etapas difíciles de la vida, a reflexionar sobre sus experiencias, a procesar sus emociones y a obtener claridad y perspectiva a medida que cierran un ciclo y avanzan hacia una nueva etapa.

Apertura y Esperanza

Catalina, como Coach de Fin de Ciclos, ¿En qué consiste tu filosofía personal y el enfoque específico detrás de tus prácticas? 

La vida nos invita constantemente a cerrar ciclos por eventos como rupturas de relaciones de pareja, conflictos en las relaciones familiares, cambios profesionales como el despido o la quiebra, momentos de saturación de una etapa, un accidente o enfermedad, la muerte de un ser querido, es decir todas aquellas situaciones que nos obligan a cerrar un ciclo, lo queramos o no.

Mi enfoque específico se centra en ir más allá de brindar apoyo y orientación a mis clientes, para acompañarles a navegar y prosperar durante esos tiempos de transición.

Mi filosofía se basa en provocar la transformación desde el interior. Cuando surge un cambio, la mera aceptación del cambio no es suficiente, porque eso es resignación, pero cuando a raíz de ese cambio decides transformarte, ya estás caminando hacia otro nivel. La transformación es crecimiento, expansión, evolución.

A pesar del dolor profundo e ineludible que nos producen algunos eventos en la vida, tienen un potencial de crecimiento interior enorme. Son un catalizador evolutivo. El problema es que, habitualmente, esos eventos son percibidos como “negativos”, y estamos condicionados o programados para eludirlos, pero en realidad no existe negativo y/o positivo, eso es una idea mental: existen eventos, que en sí mismos son neutros.

Que nos causan dolor o dificultad sí, por supuesto, pero depende de nosotros decidir qué hacemos con ellos: ¿Los guardamos en el bolsillo esperando que se vayan o se curen solos? ¿Creemos mitos imposibles, como que el tiempo lo cura todo? ¿Reemplazamos la experiencia con otra, pretendiendo cubrir lo que no queremos ver?

Muchas heridas físicas se sanan sin medicina porque el tejido físico se regenera solo, pero el tejido emocional requiere una mirada mucho más profunda, requiere cerrar ciclos.

Catalina Saffon

¿Qué beneficios específicos ofrece tu Coaching de Fin de Ciclos y a quién están orientados tus servicios?

Mis servicios están orientados a las personas que quieren emprender una transformación profunda, pero que no saben cómo.

Por ejemplo, para una persona que llega a un punto de agotamiento en su vida profesional o personal, que ya no puede más, que está saturada, desencantada o aburrida y necesita digerir y elaborar su nueva realidad, primero cerramos el ciclo para ganar claridad sobre nuevas metas y aspiraciones, identificar prioridades y crear un mapa para reorientar su camino.

O una persona que ha trabajado en el mismo sitio muchos años. Llega una enfermedad o accidente, y necesita crear una nueva realidad. Es una invitación de la vida a cerrar ese ciclo en consciencia y abrir uno nuevo. Lo que ha ocurrido no lo podemos cambiar, pero podemos mirarlo desde otro ángulo, y así ampliar nuestra percepción.

Las transiciones importantes en la vida suelen conllevar un amplio elenco de emociones: incertidumbre, miedo, culpa, rabia, desconcierto, tristeza, pena o profundo dolor. Mi apoyo y orientación ofrecen un espacio libre de juicios que permite a las personas experimentar, expresar y procesar todas sus emociones, e ir desarrollando los mecanismos para afrontar los altibajos emocionales que vayan surgiendo.

Para poder empezar a cerrar una puerta en consciencia y abrir otra, yo ayudo a interpretar esos acontecimientos de cambio y transición como detonantes transformadores para crecer: un divorcio, una muerte, una enfermedad o un accidente no tienen por qué llevar la etiqueta de trauma, tragedia, o dolor perpetuo.

Imagino que es un proceso que también aporta mejor conocimiento sobre uno mismo…

Así es.  Acompaño a mis clientes a trascender el cambio con confianza, a celebrar su progreso y sus logros y a navegar sus circunstancias de manera totalmente personalizada, pues cada situación, cada transición, es única.

Si miras la experiencia desde el ego el drama va a ganar, pero si la miras desde el corazón puedes utilizar ese evento como un catalizador, como un resorte evolutivo de crecimiento.

Como un detonante que te obliga a reinventarte, de alguna manera…

Exacto. Por ejemplo, ante una separación o divorcio puedes pensar: “Me estoy divorciando, es terrible», o puedes enfocarlo de otra forma más constructiva: no sólo hay pérdida, también hay aspectos positivos, aunque no puedas verlos con claridad inicialmente.

¿Cómo vas a digerir, elaborar, y enfocar la experiencia? ¿Cómo vas a cerrar ese ciclo?

Si intentas cerrarlo rápido sin haberlo procesado, es decir inconscientemente, el resultado también se va a manifestar rápido y reproducirás más de lo mismo, y consecuentemente generarás efectos aún más adversos.

Cerrar el ciclo no es distraerse más… Estamos educados para poner parches y seguir caminando, sin más, y qué ocurre, que emocionalmente, energéticamente, dejamos cajones abiertos que hay que mirar con atención y empezar a cerrar.

Es un camino iniciático, un proceso de «Yo parto de aquí, de una situación o un evento que no me gusta, que no es agradable, pero lo voy a caminar y en el proceso voy a extraer aprendizajes positivos de crecimiento evolutivo y me voy a transformar.» Eso es un cierre de ciclo consciente.

¿Terminaste una relación sin procesar y en una semana vas a ser feliz? No, claro que no, eso no es posible.

Lo que yo aporto a mis clientes es precisamente salir de la ilusión. Cerrar en conciencia requiere explorar, afrontar y trabajar todo lo que hay ahí, procesar todo lo que se va presentando a medida que lo hacemos consciente. Es así como podremos utilizar ese evento, esa experiencia o esa situación para integrar, aprender, crecer, evolucionar…y cerrar.

Un resultado rápido no es posible, es un proceso.

La sanación es un proceso

La vida es una sucesión continua de pequeñas muertes:  se acaban etapas, capítulos, ciclos…No es la muerte física solamente.

Es una rueda de ciclos: naces, creces, vives tus experiencias, mueren las experiencias, luego renaces, vives nuevas experiencias y a su término hay una muerte de nuevo y con ella un nuevo renacer.

Los cambios cuestan por nuestra resistencia a darnos cuenta de que todo en la vida son ciclos, que nada es permanente.

Estamos condicionados a quedarnos sólo con lo evidente: lo que se puede ver con los ojos.

Por ejemplo, el sobrepeso, que es un tema maravilloso de trabajar, para cerrar ese ciclo. El 90% de la gente con sobrepeso no mejora haciendo dietas ni ejercicio porque la causa del sobrepeso no está en la comida. La causa está en lo invisible. ¿Sabes cuál es la causa? La pregunta del lugar que ocupas en tu vida, el lugar que ocupas en el mundo. 

Cuando no tienes claro tu lugar, necesitas ocupar espacio, cuando aclaras tu lugar, bajas de peso. El efecto puede ser comer chocolate, pero para descubrir la causa, hay que mirar dentro, en lo invisible.

En mis sesiones, exploramos y reflexionamos sobre lo invisible para después producir un efecto en lo visible. 

Todos nos movemos como pez en el agua en lo visible, en el efecto, en lo que se ve, pero el cierre de ciclos consiste en ir a la causa. Ves un árbol, pero no piensas en la raíz porque no la ves. Y sin raíz (causa), no hay árbol. 

Yo acompaño a explorar la causa, no sólo el efecto. Esto requiere una nueva perspectiva. Puedes andar el camino como una víctima, o con la determinación de vivir un proceso de crecimiento y evolución.

Por ejemplo, un divorcio no es simplemente que dos personas han dejado de amarse y van a decidir cómo van a repartir sus bienes. Tampoco es que uno deja al otro. Es ver más allá, qué le pasó a esa persona, sea hombre o mujer, ver qué fue lo que le motivó a tomar la decisión de casarse y qué ocurrió ahí, en ese camino, para que hoy esté decidiendo bifurcarlo.

No lo digo desde el punto de vista terapéutico ni analítico, sino espiritual. Es decir, todo lo que nos ocurre puede ser un punto de inflexión para iniciar un trabajo de autoconocimiento y crecimiento interior.

El divorcio, o separación, es una de las experiencias de más crecimiento que puedes tener. 

La muerte también puede ser causa causa de crecimiento. La muerte es la gran maestra de la vida. Curiosamente, cuando alguien se muere, se despiertan muchas consciencias. Pero como estamos inmersos en el drama, no vemos esas aperturas.  

Los cambios cuestan por nuestra resistencia a darnos cuenta de que todo en la vida son ciclos, que nada es permanente.

 

 

Catalina, una persona que esté leyendo ahora esta entrevista porque necesita un cierre de ciclo, ¿Qué puede esperar de trabajar contigo?


En primer lugar, apertura.

Los clientes con los que trabajo no vienen a mí buscando una terapia. De hecho el Coaching, aunque es terapéutico, no es una terapia. 

El Coaching es el proceso de acompañamiento a una persona en una etapa específica de su vida.  No está llamado a resolver un problema como cuando buscas un médico, un abogado, o un psicólogo tradicional. El foco del coaching es la Persona, en su multidimensionalidad.

Nos han enseñado a desentendemos del coste emocional de nuestros cambios, a ignorarlos y acumularlos sin procesar. 

Muchos creen que la distracción, trabajar más, no pensar, no mirar, equivale a cierre. Eso no es así.

El mito más grande es creer que “el tiempo cura todo”. El tiempo, en sí mismo, no tiene intención.

El tiempo no cura. Es tu proceso de transformación el que sana.Transferir la responsabilidad de un cierre a algo exterior es como querer tapar el sol con un dedo.

Si tú no te haces responsable de tus propios cierres, ¿Quién lo hará?

Otro mito es creer que cerrar un ciclo es hacer un duelo. Eso tampoco es cierto del todo. En parte si, por supuesto, el duelo es una parte importante del proceso, pero cerrar un ciclo va más allá del proceso de cicatrización de una herida emocional.

La idea es que amplíes tu percepción y trasciendas la herida. A través de un cierre de ciclo, nos vamos despertando a una expansión de consciencia.

 

La vida no retrocede, siempre hay que mirar hacia adelante.

Catalina, ¿Cómo está estructurado actualmente tu Portfolio de Servicios?

Por ahora trabajo en sesiones individuales o familiares, ya sean presenciales o por zoom. Yo estoy en España, pero mis clientes están en todo el mundo…¡El reto es coordinar los horarios!

Con cada cliente establecemos el número de sesiones y la periodicidad de las mismas, según cada caso y situación.

Algo común en todos los cierres de ciclo es invitar a mis consultantes a conocer mejor su ego. Muchas decisiones que tomamos en momentos difíciles son tomadas desde el ego. Pocas personas saben lo que es el ego, hay mucha confusión al respecto. Pocas prácticas espirituales proponen conocer esas voces de la mente que nos confunden.

Te pongo un ejemplo: en un conflicto se impone tu ego y tú decides desde la rabia, el resentimiento o la arrogancia… Si conoces cómo reacciona tu ego, podrás elegir la mejor decisión desde tu consciencia, desde tu alma. 

Si escuchas a tu ego, pero sin aferrarte a él, ante esa misma discusión ya no querrás ganar o tener razón, sino que hablarás desde la calma y la tranquilidad, lo que te permitirá tomar mejores decisiones y obtener mejores resultados.

Si conoces bien a tu ego puedes gestionarlo, puedes manejarlo. Tú no eres tu ego. Tu ego es la voz de tu inconsciencia. Tú no eres tu inconsciencia. Eres un ser consciente capaz de observar todas esas voces y trascenderlas.

Para mí ese es el punto de partida. Lo primero es discernir cuándo has estado actuando o decidiendo desde tu ego: ¿Qué decisiones ha guiado tu ego en esa relación que se ha roto, o en esa situación laboral que te condujo a un despido, o a esa situación económica que terminó en quiebra? Este es el primer paso para que despiertes, para que empieces a hacer lo inconsciente, consciente. Lo invisible, visible.

Tiene sentido, qué proceso tan fascinante….

 

La mente está llena de pensamientos obsoletos, falsos y distorsionados.

Si queremos cerrar ciclos, es clave cambiar de perspectiva y replantearnos las creencias limitantes. Si cierras el ciclo verás qué decisiones tomaste desde creencias obsoletas, las cuales no tienes que mantener el resto de tu vida.

Nuestro máximo poder es crear y dirigir nuestros pensamientos

¿Para qué seguir creyendo las mismas ideas? Si cambias de pensamiento, cambia tu vida, así que poner luz sobre los pensamientos para remover los que no sirven, es un trabajo esencial en el cierre de ciclos.

En el proceso de Coaching, al conocer a tu ego y replantear tu pensamiento, verás las cosas de otra manera. La idea es cambiar de perspectiva. Si tú ves tu historia de manera diferente, puedes construir algo diferente.

Puedes crear pensamientos nuevos, pero no lo sabías…porque tu ego ocupaba todo el espacio. Con creencias nuevas y conscientes reconfiguras todas las conexiones sinápticas de tu cerebro, que es un órgano con plasticidad, es decir que se va modificando. Puedes reprogramar tu forma de pensar.

Puedes liberar espacio mental para dar lugar a una nueva versión de ti mismo.

Cuando ves desde otra perspectiva, la manera en la que ves tu propia historia también empieza a cambiar.  Ahí empieza la verdadera transformación.

Cada persona es un mundo, y cada caso trae un camino de exploración diferente. Observar lo que hay detrás de lo evidente es estar dispuesto a extraer los aprendizajes para poder crecer.

Cuando cerramos ciclos nos transformamos y damos sentido a los cambios inevitables y a sus implicaciones profundas.

Catalina Saffon, Coach de Fin de Ciclos

¿Cuáles son, actualmente, tus clientes más habituales?

En este momento lo que más recibo son personas, hombres o mujeres en relaciones de pareja, no solamente heterosexuales, que acuden a mi por temas sentimentales. Porque están dudando, o en proceso de tomar la decisión de separarse de su pareja o de divorciarse, en caso de que haya un matrimonio. 

La persona constata que se ha desconectado o se está desconectando de su pareja y necesita un acompañamiento o apoyo en ese momento para tomar la decisión y emprender el camino de la separación.

También personas que ya se han separado, que ya no conviven con su expareja, pero que sienten que, a nivel interno, aún no han logrado cerrar ese ciclo.

Finalmente, personas que están en una relación de pareja pero que se sienten estancadas por no haber cerrado el ciclo de relaciones anteriores.

En temas de cambios vitales, en este momento hay un despertar de la consciencia a nivel colectivo. Muchas personas están en un punto de sus vidas en el que se sienten agobiadas y querrían pasar a otro capítulo, pero no saben cómo hacerlo. Por ejemplo personas que llevan trabajando mucho tiempo en lo mismo y quieren vivir otro tipo de experiencias. Hay personas con un deseo fuerte de emprender una transformación profunda, pero no saben cómo transitar ese camino.

Mi coaching se centra en cerrar estas etapas para abrir otras nuevas. Yo lo veo como cruzar un puente entre lo conocido y lo desconocido.

¿Has percibido matices o diferencias en cómo los hombres y las mujeres afrontan los cambios vitales?


Si bien la mayoría de clientes que llegan a mí actualmente son mujeres, cada vez hay más hombres interesados en evolucionar internamente.

Cerrar ciclos no tiene género. Extraer los aprendizajes que nos dejan las experiencias tampoco.
Para los hombres hay muchas presiones: tienen que ser exitosos, productivos, príncipes azules, y además «no pueden llorar».

Sin embargo, cuando un hombre se conecta con su corazón y su vulnerabilidad, se abren muchas posibilidades. He aprendido mucho trabajando con hombres y co-creando con ellos.

Las mujeres somos más complejas, contradictorias… Somos un océano de posibilidades. Esa es nuestra esencia femenina. Los hombres son más concretos. Van al grano y cuando se dan el permiso de sentir y de explorarse, son una caja de sorpresas.

La verdad es que el trabajo es muy enriquecedor cuando una persona se da la oportunidad de cerrar un ciclo en consciencia, tanto si es hombre o mujer.

Y también ofreces consultas en temas laborales, y de salud….

 

Así es. En temas laborales, un despido o una quiebra también invitan a cerrar un ciclo. La persona está afectada por este cambio abrupto, siente que se ha caído y se le dificulta levantarse para emprender un nuevo camino. También la decisión de renunciar a un trabajo implica un cambio profesional importante. Hay que cerrar ese ciclo para empezar una nueva etapa.

En temas de salud, las dolencias, enfermedades o accidentes nos invitan a comprender lo que el cuerpo nos está tratando de decir. Cuando a través del Coaching escuchamos los mensajes del cuerpo, entendemos que podemos empezar un camino de transformación. Una enfermedad o un accidente marcan un antes y un después y las preguntas como «¿Quién era yo antes de este hecho y en quién me estoy convirtiendo?» abren la puerta a una exploración interior más profunda.

Otros cambios de vida importantes que también suelen requerir un cierre de ciclo, como llegar a un nuevo país, empezar un nuevo trabajo, la jubilación, tener hijos adolescentes…Y por supuesto, la muerte. La muerte es la gran maestra de la vida. Nos han llenado de mentiras y de información distorsionada sobre la muerte, y por eso hay mucho miedo, pero la muerte merece ser comprendida de otra manera.

Cuando muere un ser querido, o está en el proceso de trascender el cuerpo físico, estamos ante un reto que, bien acompañado, puede vivirse como un camino de evolución y crecimiento.

También acompaño a personas que ya saben que el final del cuerpo físico de un ser querido está cerca y sienten que quieren prepararse para cuando llegue ese momento.

La vida no retrocede, siempre hay que mirar hacia adelante.

Fascinante. Catalina, cuéntanos los orígenes de cómo se empezó a forjar tu trayectoria?

¿Cómo empezó todo?


Yo estudié Derecho en Colombia y después me especialicé en París, donde viví tres años. Allí trabajé en dos despachos de abogados en el Departamento de Arbitraje Internacional.

Después de Francia me fui a Ginebra, Suiza, donde pasé doce años.

Suiza es un país donde confluyen varios mundos: están las organizaciones internacionales, como la ONU y todos sus organismos multilaterales. Trabajé en la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), en un ambiente de multinacionales, bancos, y todo tipo de asociaciones, seguí mi exploración de la propiedad intelectual en el mundo audiovisual.

En 2017 llegué a Mallorca ¡Y aquí me quedo!

Bogotá, Colombia
Paris, France
Mallorca, Spain

En un momento dado empecé a sentir que yo tenía algo dentro que dar, algo valioso con lo que contribuir, pero que no se podría manifestar en el mundo jurídico.

Ese sentimiento, esa sensación, se acentuó todavía más cuando tuve mi primera hija en 2014.

Empecé a preguntar…a mi entorno, a mi misma, al Universo:

“¿Dónde me corresponde a mi sacar esto que siento que llevo dentro y que no sé muy bien qué es?”

Mis amigas me empezaron a dar pistas, porque me decían, «Tú me haces ver cosas que no veo ni con mi terapeuta, dedícate a esto.”

Yo me seguía preguntando, y la respuesta llegó cuando en 2015 mi padre se enfermó gravemente y viajé a Colombia de inmediato a acompañarlo.

En ese momento, yo no comprendía que el Universo me estaba respondiendo:

Conocí a una persona que fue como un ángel para mi. Siempre recordaré las palabras que cambiaron mi destino: «Tú no estás aquí por casualidad. No viniste aquí para hablar con los médicos.Estás enfocada en lo que le está pasando al cuerpo de tu padre y no se trata de eso. Si tú quieres ayudar a tu papá, conéctate con su alma, que es su verdadero ser. Desde ahí lo puedes acompañar verdaderamente. Lo que está pasando en este momento es perfecto y necesario tanto para la evolución de tu padre como para la tuya.»

Esas palabras aún resuenan en mi interior en cada paso que doy.

Desde ese momento empecé a verlo todo diferente. Identifiqué un vacío: vi lo mal preparados que estamos como familia, como sociedad, como cultura, para acompañar la enfermedad y la muerte inminente. No sabemos cómo gestionarlo.

Comprendí que nadie puede luchar contra una enfermedad. Se trata de hacer la paz para oír al cuerpo. Desde ahí podemos acompañar. Desde la lucha no. Eso es puro apego y ego.
Durante tres meses tuve el honor y la fortuna de acompañar a mi padre en ese proceso, y de reconfigurar mi percepción y comprensión sobre la vida, la enfermedad…y la muerte.

Estuve con él en el momento en que su cuerpo dejó de respirar. Fue hermoso. Un momento de paz infinita. Su cuerpo murió y yo renací.

Ya de regreso a Suiza, supe que tenía que hacer algo con la muerte.

Esa misma semana, una Coach envió una newsletter ofreciendo cuatro sesiones de coaching y yo le escribí de inmediato para apuntarme, sin saber muy bien qué era el Coaching, pero yo necesitaba procesar lo que me había pasado.

Al empezar a trabajar con ella comenzó mi momento de transición, conocí a una terapeuta experta en procesos de muerte.

Con ella hice un entrenamiento de acompañamiento a la muerte y a la enfermedad durante diez meses, en un hospicio en Ginebra.

Quien llega a un hospicio es porque ya espera el momento de morir, porque a nivel médico ya no hay nada que hacer. Durante un tiempo fui voluntaria para acompañar esos procesos a quien va a morir y a su familia.

Fue una de las experiencias más hermosas de mi vida.

Mis mejores maestros han sido esas personas que estaban a punto de morir, y sus familias.

Cuando estás tan cerca de la muerte hay una apertura enorme de consciencia.

Con ellos pudimos desprendernos del miedo y el drama. Y comprendí que la muerte no existe. Se muere la materia, el cuerpo, pero el alma no muere.

Que historia tan preciosa…Y ahí fue donde te diste cuenta de que debías dedicarte a esto de forma profesional, para ayudar a los demás con ese don, a partir de tu propia experiencia….


En ese momento, le consulté a la terapeuta formadora si le parecería coherente que yo me formara en Coaching para combinarlo con este tipo de acompañamiento.  Ella me animó a hacerlo y me recomendó “The Coactive Training Institute» y me certifiqué como coach profesional en esa academia.

Paralelamente a mi formación de coaching seguí explorando la muerte, la transformación…

Mis grandes maestros sobre la muerte son Elizabeth Kubler-Ross, El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte, Jean Jaques Charbonier, Elsa Lucía Arango, Frank Ostaseski, Robert Schwartz, Brain Weiss y Raimond Moody, entre otros.

Los Maestros de mi despertar: Eckhart Tolle, Louise Hay, Lise Bourbeau y Colin Tipping.

En definitiva, soy una apasionada de la transformación, mis principales maestros en este tema son Joe Dispenza y Philippe Guillemant, con quienes descubrí la física cuántica.

 

Así que…¿Te despediste del Derecho?

¡Para nada! El Derecho me formó: me enseñó a pensar, a estudiar y a estructurar mi pensamiento. Además de agradecer al Derecho todo lo anterior, me entrenó en algo esencial para el Coaching: no conformarme con una versión de lo que percibimos como realidad, sino explorar cada evento como quien mira a través de un prisma. Hay muchos lados y aristas, hay muchas perspectivas.

El Derecho me acompaña siempre. De hecho, en casos de divorcio, si bien no soy experta en Derecho de Familia, aporto claridad sobre dudas jurídicas.

 

¿Con qué profesionales colaboras habitualmente?

 

Además de abogados de familia en los casos de divorcios o sucesiones, también colaboro con abogados laboralistas, asesores financieros, empresas sanitarias, funerarias, y psicólogos.

Ellos son conectores con los que colaboro habitualmente porque conocen potenciales consultantes a quienes recomiendan mis servicios. Y yo también les remito potenciales clientes, pues les recomiendo cuando mis consultantes necesitan o requieren servicios vinculados relacionados.

La vida no retrocede, siempre hay que mirar hacia adelante.

¿Y cómo te consolidaste como Coach de Fin de Ciclos?

 

En 2019 di un paso para estructurar mi emprendimiento con la mentora Lida Arias, quien ha sido clave en este proceso.

Yo creía que mi mensaje estaba relacionado solamente con la muerte. En un momento estuve muy confundida porque no todas las personas que llegaban a mí me consultaban sobre la muerte. Algunas eran personas divorciándose, otras personas que habían sido despedidas de su trabajo, otras eran personas que querían cambiar su vida, y otras habían sido diagnosticadas con una enfermedad grave o terminal o habían tenido un accidente…

Con Lida Arias pude ver que mi mensaje no estaba solamente relacionado con la muerte. Esos consultantes tenían un denominador común: Estaban cerrando ciclos.

La vida me mostró que mi mensaje era más amplio de lo que yo creía y ahí empecé a reestructurar mi cartera de servicios. 

En 2021 tuve una crisis enorme. Todas mis estructuras se tambalearon. Fue una etapa muy importante para mí, porque me invitó a cerrar varios ciclos y a profundizar en mi proceso de autoconocimiento. Tuve que tomar distancia de todo para renacer. Al haber vivido en carne propia varios cierres, como la ruptura de mi propia relación de pareja y un diagnóstico de cáncer, hoy puedo acompañar a mis consultantes desde el aprendizaje y la integración que yo misma he obtenido al haber vivido personalmente esas experiencias.

Gracias a ese duro momento, que hoy día tanto agradezco,  encontré en 2022 a Óscar Durán Yates, Director del Instituto de Consciencia Cuántica, con quien descubrí el coaching cuántico. Óscar es un gran maestro y mentor.

Ahora estoy en el proceso de convertirme en Coach Cuántica. Tanto el Coaching Coactivo como el Coaching Cuántico me han enriquecido a nivel personal y como coach. Los dos me dan herramientas para enmarcar mi mensaje de acompañamiento a cerrar ciclos.

 

¿Y en qué consiste exactamente el Coaching Cuántico? Parece una caja de sorpresas…

 

El coaching cuántico se inspira en tres leyes principales de la física cuántica aplicadas al comportamiento humano.

Para mí ha sido increíble conocer enseñanzas espirituales muy antiguas de los vedas, acercándose a la ciencia. Hace 100 años que la ciencia, a través de la física cuántica, y la espiritualidad, están diciendo lo mismo. Los lenguajes pueden diferir, pero la esencia del mensaje no: Todo es lo que tú percibes.

Si percibes una experiencia como “sólo negativa” estás desconociendo la ley del equilibrio. El Coaching Cuántico enseña a equilibrar la percepción porque en el universo no hay nada que sea 100% negativo o 100% positivo.

Por ejemplo, la ruptura de una relación de pareja, como decíamos antes, si ves sólo el dolor, el drama, la sensación de pérdida, estás viendo y viviendo un solo un lado de la historia. No hay placer sin dolor, pérdida sin ganancia, perjuicio sin beneficio. Si ves también el otro lado de esa ruptura, te darás cuenta de que también hay un renacer: aprendizaje, libertad, más consciencia, más madurez, oportunidad de autoconocimiento.

El positivismo exagerado tampoco es bueno:  «Estoy feliz, dichosa, eufórica, porque todo es perfecto y todo es maravilloso». Cuando estás en euforia, la vida te lo va a equilibrar con algún factor resistente.

Con el coaching cuántico te sales del arquetipo de la víctima y te pones en una situación más neutral, como un observador que puede ver los dos lados de una experiencia.

Yo hace tiempo conocí La Ley del Espejo (ley de la consciencia reflexiva) pero vine a comprenderla e integrarla al profundizar en las enseñanzas del Método Demartini enseñado por Óscar Durán Yates.  Nos vemos a través de los otros para encontrar lo que todavía no hemos amado o integrado en nosotros mismos. ¿Si yo no aprendo a amar y a integrar mi sombra, quién lo va a hacer? Y hasta que no la ame, encontraré de forma incesante espejos que me la reflejan.

¿Te molesta un rasgo de otra persona? Yo ya he aprendido a identificar que lo que me molesta de otro es algo de mi sombra que no quiero ver y que todavía no he integrado. Esto es un aprendizaje clave en nuestro camino de autoconocimiento.

Cuando ves que tu percepción estaba sesgada, que sólo podías percibir el lado negativo y ahora ya puedes percibir la totalidad de la experiencia, ya no ves sólo la tragedia, sino también las bendiciones. Ya no ves sólo una puerta cerrada, sino también las ventanas que se han abierto.

Catalina, cuéntanos más de ti, ¿Cuáles son tus aficiones?

 

Soy una apasionada de la lectura. Crecí entre libros: en mi familia hay varios abogados, mi madre es escritora de literatura y mis hermanas, una es directora de cine y guionista y la otra es artista. 

Crecí leyendo a Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, José Saramago y en una época me consagré a Marcel Proust apasionada por “En Busca del tiempo perdido.”

Fui cinéfila mucho tiempo y tomé varios cursos de análisis e interpretación de cine. Cuando mi vida dio un viraje por la enfermedad y muerte de mi papá, entré en otro tipo de lecturas. Me encanta escribir y lo necesito para vivir. Tengo cuadernos, libretas y bolis de colores donde anoto, aprendo, elaboro, reflexiono…

 

Muchas inquietudes, las grandes enriquecedoras del alma. ¡Sólo te falta bailar!

 

¡También me encanta bailar! De niña estuve en una escuela de teatro musical. Durante varios años mi vida alternaba entre ir al cole, y vivir en el teatro cantando, bailando y actuando.

Crecer en Colombia significa estar cerca del baile: salsa, merengue… y cuando llegué a Ginebra quise explorar un baile de salón con técnica. Descubrí el tango y bailé sin interrupción durante cuatro años hasta que los siete meses de embarazo me hicieron parar. En Ginebra casi todas las noches hay una “milonga”, que es un encuentro para bailar los tres ritmos de tango: tango, milonga y vals. Ahí no hay edad. Bailas con una pareja de 25 años, y luego con uno de 75. Nos une el tango sin edad.

En verano las milongas son al lado del lago, y no puedo olvidar la delicia de bailar con el lago Leman y la luna como testigos.

Lo que me enamoró del tango fue la primera pregunta que hizo mi profesor argentino graduado de la Escuela Nacional de Tango de Buenos Aires: “¿Por qué el tango es tan sensual?” los principiantes dábamos muchas respuestas pero ninguno dio en el clavo hasta que él dijo: “Porque en el tango los corazones siempre están unidos. No importa el paso, la pirueta, o la vuelta, la conexión de los corazones es la constante.” Tengo muchas ganas de volver a bailar tango.

Milonga Perle du Lac

 ¿Qué otras actividades realizas habitualmente en tu día a día?

 

Tengo la suerte de vivir al lado de un bosque en Cas Catalá. Todos los días camino por el bosque para conectar con la naturaleza. Estar entre los árboles y ver el mar al mismo tiempo me nutre el alma.

Tengo dos hijos, una niña de 9 y un niño de 6, así que a menudo saco mi niña interior para jugar con ellos, viajar, ir de excursión a descubrir Mallorca, ir al teatro…Recientemente fuimos a Madrid y con mi hija vimos el Rey León. Estar las dos conectadas con la magia de ese musical ha sido uno de los momentos más felices de mi vida.

También acudes habitualmente a Grupos y Actividades de Networking

 

Así es, esta es también una actividad importante y habitual para mí. Me ayuda a conocer gente afín, a afianzar vínculos y a consolidar mi emprendimiento.

Desde Febrero 2023, soy miembro de BNI Baleares (Business Networking International), es una organización de networking presente en 70 países que ayuda a sus miembros a crecer en sus empresas y emprendimientos a través del marketing por referencia.

Lo que me motivó a tomar la decisión de ser parte de BNI fue el buen ambiente, la afinidad entre los miembros y las ganas de construir relaciones, contactos, redes y referencias de negocios entre profesionales. Todos los miembros promocionan sus servicios y los de su grupo y se ayudan entre sí. Me encanta esa red de apoyo mutuo y esa voluntad y ganas de servir.

Soy parte de BNI Lumen, que actualmente está en fase de formación. Me encantó la idea de pertenecer a un grupo que se gesta desde el principio. De esta manera estoy presente en la etapa de sembrar y en el proceso de ver crecer el grupo.

Cada día descubro el enorme potencial que hay en BNI.
Cada reunión de BNI es motivante e inspiradora. Yo salgo con ganas de aportar más y con nuevas ideas. Aprendo mucho de mis compañeros y de sus negocios.

Por otro lado, acudo al Club de mujeres emprendedoras “Muévete Mujer” fundado por Lluisa Noguer. Nos reunimos una vez al mes para conectar, acompañarnos y crecer en el proceso de ser mujeres emprendedoras.

También me resulta muy enriquecedor el programa “Seguras en el emprendimiento”, una formación liderada por Lluisa Noguer y Susana Munar impartida por la Cámara de Comercio de Palma de Mallorca, dirigido a emprendedoras que queremos potenciar nuestros emprendimientos y empoderarnos en el camino.

 

Muchas gracias Catalina, ha sido una entrevista muy interesante y fascinante, ¿Querrías añadir algún mensaje final, dirigido específicamente a los lectores que estén atravesando ahora un momento vital crucial?

Gracias a ti, Patricia, y a nuestros lectores…que si están en un momento en el que necesitan Cerrar un Ciclo, yo les acompaño en el proceso para conseguirlo, para que le den una nueva mirada a lo que duele, a lo obsoleto y se abran al cambio.

Tomar la decisión de transformarse requiere coraje, pero cuando se hace desde el corazón, todo se ve distinto. Las etapas difíciles de la vida son una oportunidad para ampliar tu perspectiva y de esta manera entrar en un nuevo paradigma, cuestionar tus condicionamientos, replantear tus programas, desechar pensamientos limitantes e instalar creencias nuevas.

Estaré encantada de conversar y de evaluar la posibilidad de trabajar juntos para cerrar el ciclo en consciencia y co-crear tu nueva realidad.

Que este propósito llegue a muchas almas, para que se pueden transformar.

Entrevista Catalina Saffon & Patricia Pal - The Ambassadors Sections

Entrevista Catalina Saffon & Patricia Pal, The Ambassadors Sections

Fotos: Alicia Riess

Mallorca, 2 de Junio 2023
– By Patricia Pal, The Ambassadors Sections – © NastaONE International Communication
Fotos: Javier Gomiz

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Catalina Saffon

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